Primera jerarquía.
Los más poderosos de los ángeles caídos son los Serafines, Están
a las órdenes de Belcebú, que tienta a los hombres con el orgullo.
Leviatán, que es el líder de los herejes y lleva a los hombres a pecados que repugnan a su fe.
Asmodeo, príncipe del desenfreno, que arde con el deseo de tentar a los hombres con el pecado de la lujuria.
Por debajo de los Serafines están los Querubines, encabezados por Balberoth, que agita la sangre para el asesinato y la blasfemia.
Después están los Poderes, al mando de Astaroth, que promueve la pereza y la ociosidad.
Verine, que provoca la impaciencia que lleva al pecado.
Grassil, que quiere ahogar a la humanidad en la inmundicia.
Sonneillon, que tienta a los hombres al odio contra sus enemigos.
Estos Duques y Archiduques del Infierno apenas tienen algún aspecto humano, apareciendo en su lugar como perversas mezclas de criaturas: grandes bestias o dragones, o amenazadoras sombras. Les resulta casi imposible alcanzar la Tierra, y ejercen su influencia mediante sueños y visiones.
Segunda jerarquía.
Estos señores del Infierno son las Dominaciones, encabezadas por Oeillet, que tienta a la gente para que rompa sus votos, y Rosier, Reina de los Súcubos, que abre el camino al placer pecaminoso y el amor impuro. Su obra cuenta con el apoyo de Verrier, Principe de las Soberanías, que susurran palabras de rebelión contra la autoridad e incita a la gente a rechazar a sus señores.
El último nivel de esta jerarquía es el de las Potestades, al mando de Carreau, que endurece los corazones de los hombres ante el amor y la fe; y Carnivean, que hace que la gente ame la obscenidad.
La Segunda Jerarquía es muy activa en la Tierra. Sus príncipes son capaces en ocasiones de romper sus cadenas y aparecer entre sus siervos. Suelen asumir formas humanas de gran belleza (en especial Rosier, que aparece como una hermosa mujer o un hombre muy apuesto). Estos señores del Infierno son demasiado orgullosos para enzarzarse en vulgares combates y otros enfrentamientos de poder, y volverán a sus dominios si se les desafia, lanzando grandes maldiciones contra quien haya osado oponérseles.
Tercera jerarquía
Las Virtudes están gobernadas por Belial, que lleva a la humanidad a la arrogancia y los placeres mundanos, distrayendo a los mortales de la virtud con modas vulgares y enseñando a los niños a ser libertinos y descreidos.
Olivier de los Arcángeles, es el señor de la crueldad, y disfruta abusando de los pobres y débiles.
Por último, los Ángeles Infernales, tambien llamados simplemente demonios, al mando de Iuvart, son meros sirvientes y vasallos de los demás señores del Infierno.
DEMONIOS ÍGNEOS
Los demonios que viven en esta vasta negrura entre las estrellas y planetas son una raza muy diversa. La mayoría tienen poco interés por la humanidad, prefiriendo dedicarse a sus propias y extrañas intrigas: se dice que los dioses paganos vagan por el vacío recordando sus días de poder, que hay extraños demonios basados en ideas, construcciones matemáticas, manifestaciones de la razón humana y emociones.
DEMONIOS AÉREOS
Estos demonios vuelan en invisibles enjambres por el mundo de los espíritus, buscando entradas al mundo material para tentar o atacar a los humanos. Conspiran para destruir a la humanidad.
DEMONIOS TERRESTRES
Los demonios terrestres son el tipo más peligroso, pues han sido expulsados del mundo de los espíritus y moran en la Tierra, entre la humanidad. Suelen ser confundidos por hadas y hombres lobo, pues acostumbran a cambiar de formar y proyectar ilusiones. Los más débiles poseen cuerpos de animales, creando bestias demoníacas, mientras los más poderosos se hacen pasar por seres humanos y fomentan la corrupción en secreto. Si un demonio terrestre muere, queda verdaderamente muerto, no expulsado
DEMONIOS ACUÁTICOS
Estos demonios moran en los ríos, los lagos y las profundidades del mar, se divierten ahogando a los humanos, sobre todo niños, para lo que recurren al engaño como a la fuerza. Los demonios acuáticos del océano son monstruos colosales, capaces de aplastar barcos entre sus anillos o tentáculos.
DEMONIOS SUBTERRÁNEOS
Los demonios subterráneos viven en las profundidades de la tierra y en cuervas y cavernas. Atacan a quienes perturban sus dominios (sobretodo mineros y buscadores de tesoros), pero por lo demás solo se les ve si son invocados a la superficie. Son lentos y maliciosos, y tienen el aspecto de híbridos de armadura, carne y piedra.